Tuesday, June 12, 2007

Tintín estuvo en Cuba

CULTURA
Tintín estuvo en Cuba

Aleaga Pesant

LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Tintín, considerado el más
universal y viajero de los personajes de los comics, no fue conocido por
la mayoría de los niños cubanos probablemente debido a tres razones: uno
de sus personajes negativos encarnaba a la figura de Fidel Castro; su
discurso anti soviético y anticomunista, y la poderosa influencia del
comic norteamericano.

Pero como dice la canción de Baglietto: "La censura no existe, mi amor".
Tuve la oportunidad de conocer a Tintín cuando era niño, en casa del
amigo de la infancia Pablo Fornet, donde existía una enjundiosa
biblioteca atesorada por sus padres Ambrosio y Silvia.

Los compañeros de Pablo pasábamos horas leyendo las asombrosas aventuras
del personaje y construimos parte de nuestras fantasías infantiles
siguiendo sus recorridos por el mundo junto a sus camaradas: el Capitán
Haddok, el profesor Tornasol y los acompañantes detectives Hernández y
Fernández.

Liberábamos nuestra imaginación con los muñequitos belgas, que tenían
relación con Asterix. Las historietas de Tintín no se parecían ni a las
norteamericanas del Pato Donald, del Ratón Mickey, las cubanas de
Recuerdos de Chamaco, los Conquistadores del Fuego, publicadas en el
semanario Pionero, las muy intelectuales de Gugulandia o las novedosas
en aquel momento Elpidio Valdéz se enfrenta con los Ninjas.

Creado por George Remi (1907-1983), más conocido por Hergé, Tintín, el
joven belga con moña rubia y pantalones bombachos, embarcado siempre en
fabulosas aventuras en compañía de Milú, un fox terrier blanco, es una
de las figuras de la fantasía infantil contemporánea. Según el Magazine
del diario El Mundo de Madrid, al menos 5 generaciones de jóvenes
crecieron fascinadas por las historias, traducidas a 77 idiomas y
llevadas al cine y la televisión. Tal vez por eso se siguen vendiendo
cada años dos millones de álbumes en todo el mundo.

Hergé, quien en estos días cumple un siglo de nacido, empezó a publicar
sus caricaturas en revistas de boy scouts católicos, en el que entró
cuando era adolescente. Ese universo religioso, que profesaba un culto a
la juventud y a la pureza a través de la camaradería masculina, el
ejercicio físico y la naturaleza, fue determinante para el desarrollo de
Tintín y su aceptación entre los jóvenes de 7 a 77 años.

Competidor por excelencia con otros comics que encarnan las naciones,
como Asterix "El Galo", Elpidio Valdéz o Superman, Titin, belga, viajero
y portador de la modernidad, se enfrenta al comunismo soviético (Tintín
en el país de los soviets, 1930); al colonialismo belga (Tintín en el
Congo, 1931); al imperialismo japonés (El loto Azul, 1936); al
capitalismo salvaje (Tintín en América, 1932). Critica, además, de
recrear la realidad latinoamericana y a sus guerrilleros (Tintín y los
Picaros, 1976).

Según los especialistas, en Tintín y los Picaros la imagen de los
guerrilleros fumando está inspirada en los barbudos que asaltaron el
poder en 1959; así como la toma del poder violentamente en un país
imaginario (San Theodoros), donde se rebautizan las cosas pero se
mantiene la pobreza y la desigualdad. En el libro, el general Alcázar,
militar irascible con su eterna barba, simulará, indudablemente, a quien
ustedes se imaginan.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jun07/12a7.htm

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