Friday, June 01, 2007

Puntos de leche

SOCIEDAD
Puntos de leche

Oscar Mario González

LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Los puntos de leche son aquellos
comercios dedicados a la venta de productos lácteos, surgidos con la
libreta de racionamiento.

Así, de forma independiente, se mantuvieron funcionando hasta que llegó
el período especial en los años de la década de 1990, cuando una
drástica reducción de la oferta hizo innecesaria la habilitación de un
local para tales fines. La actividad fue asumida por el bodeguero con
todo beneplácito, pues así veía ampliarse su esfera de influencia y el
nivel de "búsqueda" e "invento". No todas las bodegas podían acreditarse
un punto de leche. Sólo aquellas que poseyeran neveras refrigeradas en
buen estado.

La suerte de estos comercios lácteos, desde su nacimiento, estaría
ligada a la buena estrella de la industria ganadera que, como sabemos,
ha sido depositaria de fracasos y desdichas.

Indudablemente, sus mejores días estuvieron enmarcados en la década de
1980. Fue un tiempo breve en relación al medio siglo de socialismo.
Entonces se vendía el litro de leche sin racionamiento a 80 centavos; a
20 el queso crema, y 23 el cuarto de libra de mantequilla. También el
yogur, a peso el litro; en los últimos tiempos hasta de sabores.
Claro que con el sabor dirigido por el gobierno. Pero bueno, eso de
poder elegir uno mismo hasta el sabor es pedirle demasiado al socialismo

Esta etapa a la que algunos apologistas del sistema bautizan con el
nombre de "época de oro", pero que no fue ni de calamina se acabó tan
pronto el campo socialista que lo sustentaba se derrumbó.

Vinieron los días llorosos y desconsolados para los puntos con un litro
de leche para los menores de 7 años, como única oferta. El sabor del
yogur , del quesito crema y de la mantequilla, quedarían como recuerdos
y como suceso mitológico para las nuevas generaciones, de lo que fue
capaz de ofrecer el socialismo en esta tierra de cocoteros y caimanes.

Hoy el punto de leche carece de importancia en la alimentación del
cubano. Cuando el infante arriba a la mayoría de edad láctea (7 años),
deja de recibir las tres bolsas de leche en polvo de un kilogramo cada
una que le tocan mensualmente por la libreta de racionamiento,
iniciándose así una rompedera de cabeza para los padres, pues tendrán
que elevar el nivel de "invento" para que el muchacho siga amamantándose
de la ubre socialista.

Mejor suerte corren los niños de hasta 1 año de edad, a quienes se les
vende, una vez al mes, 10 estuches de cartón de leche evaporada de medio
litro cada uno, susceptibles de extenderse con un litro de agua por estuche.

¿Cómo quedan los muchachos mayores de 7 años? Para ellos, y hasta los
catorce, está a la venta el yogur de soya, que según los técnicos y
científicos formados por el sistema, constituye uno de los prodigios
dietéticos más relevantes de toda la historia nutricional, superior en
valor proteico al "maná" que la providencia derramó sobre el pueblo
hebreo en el desierto, durante los 40 años de peregrinación hacia la
tierra prometida.

Pero la revolución que siempre cumple lo que promete, asegura que
aquella promesa surgida al calor de Ubre Blanca, la legendaria vaca del
Comandante, de poner una bahía de leche pasteurizada a competir con la
ensenada habanera, está vigente y latente. Que al final, el cubano se
podrá zambullir en un mar de leche aunque para ello haga falta otro
medio siglo de abstinencia socialista. Aunque ello se cumpla cuando la
rana críe pelos y el manco eche dedos.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jun07/01a7.htm

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