Thursday, June 14, 2007

Los negocios bien. ¿Y los principios?

ECONOMIA
Los negocios bien. ¿Y los principios?

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba - junio (www.cubanet.org) - Una ronda de negocios entre
265 empresarios de 114 compañías de Estados Unidos y ALIMPORT, compañía
cubana importadora de alimentos, concretó en la Habana ventas a Cuba
para el suministro de productos en el segundo semestre de este año.
También participaron los representantes demócratas Rosa DeLauro
(Connecticut), Marion Berry (Arkansas) y Bob Etheridge (North Carolina),
y los republicanos Rodney Alexander (Louisiana) y Jack Kingston
(Georgia), quienes se entrevistaron con relevantes figuras del gobierno.

Dentro del marco de las negociaciones se suscribieron contratos para el
suministro de 318 mil toneladas de alimentos y otros productos agrícolas
por valor de 118,6 millones de dólares. Se esperaba que, como resultado
de los contactos realizados, días después de finalizada la ronda se
seguirían firmando contratos hasta un total estimado en 150 millones de
dólares. Entre los productos adquiridos figuran harina de soya, maíz,
frijol de soya, cuartos de pollo y carne de cerdo.

En esta oportunidad se efectuó un balance de las compras del gobierno de
Cuba a Estados Unidos desde 2001, con el resultado de 7,8 millones de
toneladas de productos agrícolas con un valor de 2 mil 431 millones de
dólares.

Los pagos por años en millones de dólares indican un crecimiento
sostenido a partir de 2001, hasta alcanzar 570,8 millones de dólares en
2006. Actualmente, Estados Unidos constituye el mayor suministrador de
alimentos, con aproximadamente el 36,0% de las compras globales de esos
productos, que en 2006 ascendieron a 1,6 mil millones de dólares. Este
país se ha transformado en el sexto socio comercial de bienes de Cuba
con perspectivas de continuar ascendiendo en importancia.

Alimport ha presentado quejas porque no le está permitido exportar al
vecino del norte, de acuerdo con las leyes norteamericanas. Igualmente,
los pagos por las importaciones tienen que ser efectuados al contado.
Estas protestas, evidentemente justas, podrían carecer de sentido en
estos momentos, pues Cuba no tiene capacidad de exportación alguna para
ofertar productos interesantes a Estados Unidos en cantidades
significativas.

La capacidad exportadora de la isla es prácticamente inexistente, por su
caótica situación productiva. Argentina, otro país exportador de
alimentos a Cuba y que está en disposición de importar productos, en el
período 2000-2005 sólo pudo hacerlo en un 1,9% de las ventas acumuladas
debido a la falta de ofertas. En cuanto a Brasil, importante exportador
de alimentos, ropa y calzado a La Habana, este indicador aunque un poco
mejor es sólo del 14,1%. Representan porcentajes ridículos demostrativos
de la carencia de capacidad exportadora cubana. Así, a nivel global por
cada dólar exportado actualmente son importados cuatro.

Los créditos han podido resolverse a través de bancos de otros países,
mediante el otorgamiento de préstamos a corto plazo para posibilitar las
importaciones desde Estados Unidos. Es posible que ese mecanismo
encarezca algo las operaciones, pero seguramente es contrarrestado por
los precios ventajosos, los ahorros en transporte, la calidad y la
garantía sanitaria de los productos adquiridos y el cumplimiento
oportuno de los contratos.

Estas transacciones, además de beneficiosas desde el punto de vista
comercial, contribuyen a alimentar al pueblo de una nación donde la
agricultura está colapsada. En el plano político, deja en entredicho la
propaganda oficial sobre el embargo. Entre los productos exportados a
Cuba hay 32,8 millones de dólares en suministros de postes de madera,
con lo que Estados Unidos está colaborando a mejorar la destruida
infraestructura electro-energética. Además, hay envíos importantes de
madera (5,7 millones), papel (24,5 millones), algodón (6,9 millones) y
productos para supermercados (20,6 millones).

Estas operaciones también pueden ayudar a crear un clima menos crispado
entre ambos países; contribuyen a quitar las coartadas de "fortaleza
sitiada" y del "gran enemigo imperialista", muy utilizadas por los
sectores más conservadores del gobierno para justificar el inmovilismo y
la represión.

Desafortunadamente, no todo ha sido positivo en esta ocasión. Los
congresistas sólo se reunieron con altas figuras del régimen
totalitario. A través de ese proceder se interrumpe la tradición de los
legisladores norteamericanos de reunirse y escuchar a los disidentes y
otros representantes de la sociedad civil cubana. Esto podría indicar
una tendencia economicista, en contradicción con los principios
característicos de Estados Unidos. Son buenos los contactos comerciales
y económicos, pero no se puede dar la espalda a quienes luchan por la
democracia y el respeto de los derechos humanos; máxime cuando se trata
de legisladores representantes de una nación que siempre ha sido faro de
esas ideas.

Consideramos positiva la visita a Cuba de estas personalidades, pero
constituye un grave error el menosprecio a quienes hoy, a riesgo de la
vida y su libertad personal, luchan por principios reconocidos
internacionalmente; en especial son un doloroso desconocimiento de
cientos de pacíficos cubanos que cumplen muchos años de cruenta prisión
por defender la libertad.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jun07/14a10.htm

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