Roberto Santana Rodríguez
13 de junio de 2007
La Habana – bitacoracubana – Los niños cubanos tienen en la Isla
derechos incompletos (seudo derechos). Se les niega el principal, ser
libres. La propaganda oficial repite una y otra vez que los infantes
cubanos tienen garantizados todos sus derechos, según la Convención de
los Derechos del Niño de Naciones Unidas, aprobada en el año 1989.
Los "derechos" de los infantes cubanos más cacareados en la Isla son el
acceso de forma gratuita y masiva a la educación y a la asistencia médica.
"Los niños cubanos tienen garantizado en un 100 % el acceso a las aulas
a fin de ser instruidos, formados y educados como preparación para su
ulterior desenvolvimiento como adultos en la sociedad". ¿Cuál es la
instrucción, la formación y la educación que reciben en los años que
pasan dentro del sistema lectivo nacional? Las que convienen al gobierno
cubano, necesitado de personas que respondan incondicionalmente a sus
intereses. Veamos:
Dentro del sistema educativo nacional los niños cubanos tienen derecho a:
· En primer lugar a matricular en la única alternativa educativa
existente en el país, la estatal, en clara contradicción con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que concede a los padres
el derecho a decidir donde se formarán sus hijos, ya sea en la
enseñanza, privada, pública o religiosa.
· A ser y solo ser adoctrinados en la llamada "moral socialista", lejos
de la "pérfida y diversionista ideológica" influencia de la "moral
burguesa".
· A gritar incesantemente la consigna "Pioneros por el comunismo seremos
como el Che", sin saber a derechas quien fue este personaje.
· A consumir, en la primaria, hasta el sexto grado, un magro almuerzo,
teniendo reservado para posteriores etapas de estudio la llamada
"merienda escolar de la batalla de ideas", consistente en un vaso de
yogurt de soya y un pan con una croqueta de ave… ¡averigua!, para estar
en la escuela desde las 8 a.m. hasta pasadas las 4 p.m.
· A pertenecer a la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), cuyo carnet de
militante se convierte en una suerte de codiciada llave mágica que abre
múltiples y convenientes puertas.
· A participar, so pena de represalias, en las marchas, tribunas
¿abiertas?, la escuela al campo y el preuniversitario en el campo,
siendo en estas dos últimas "opciones revolucionarias" perjudicados en
todos los aspectos, porque es en esta etapa de sus vidas cuando más
necesitan la cercanía de sus padres, etcétera…
· A estudiar las carreras que necesita la "Revolución": magisterio,
nadie quiere ser maestro; médico, para ir a un faster viaje al
extranjero, y traer pacotilla; trabajador social, el ejercito de médicos
del alma; o gasolineros o repartidores de bombillos y tarecos
electrodomésticos chinos, vaya usted a saber, o instructores de arte.
Periodistas o abogados son carreras más difíciles de acceder por
requerir de una estricta "confiabilidad revolucionaria" a toda prueba.
¿Cuántos de estos están ahora en Miami, Madrid o cualquier otra ciudad
del mundo?
¿Cuántos ingenieros, licenciados y demás profesionales universitarios
cubanos se fueron del país o están barriendo calles, haciendo guardias,
en el turismo, jineteando, en el negocio o el invento, boteando, en los
mercados vendiendo viandas, etc., etc.?
Un real y completo derecho a la educación contempla, a mi juicio,
aspectos insoslayables como el libre y pleno desarrollo de la
personalidad, la no imposición, el incentivo al infante a la
independencia, a pensar y decidir por sí mismo; la verdadera
instrucción, lejana del fraude y la corrupción existentes en los
planteles cubanos y la formación de valores éticos y morales de
civilizada convivencia en los futuros adultos ciudadanos cubanos.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4944
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