2007-06-06.
Asdrubal Caner-Camejo
La visita de la Secretaria de Estado de los EE.UU., Condoleezza Rice a
España fue comentada ayer por el periódico Granma, de Cuba. Tanto Rice
como Miguel A. Moratinos, Canciller de España, son duramente
vilipendiados por el diario cubano. A Moratinos le dicen que quedó
"patético" y a Rice "dura y arrogante". Y nuevamente –como siempre–
llama a los disidentes y opositores "mercenarios que la Sección de
Intereses norteamericana en La Habana organiza y financia".
Las políticas de España y de los EE:UU son diferentes acercamientos al
gobierno infinito de F. Castro. La de EE.UU. es una política de
confrontación. La de España, un acercamiento constructivo. Ni la
confrontación ni el diálogo constructivo parecen hacer mella en la
invulnerable y cincuentenaria dictadura cubana.
En mi artículo El PSOE y Cuba: un fracaso anunciado dejé claro mi punto
de vista sobre el diálogo constructivo de España hacia Cuba y predije su
fracaso. El editorial o comentario de Granma certifica lo infructuoso de
ese camino. Ni España ni Estados Unidos van a lograr nada con sus
posiciones. Y es una lástima, sobre todo, para el pueblo cubano, que
agoniza hace medio siglo, bajo la férrea bota de una dictadura criminal
y diabólica.
Hay que entender la lógica de este tipo de dictadura. Las dictaduras
comunistas tienen los mismos procedimientos criminales de las dictaduras
de la derecha. Pero tienen una diferencia esencial: el dictador es el
dueño de todo y, por ello, desarrolla su psicósis sanguinaria, con la
más absoluta impunidad.
En el caso de Cuba particularmente, hay sobre el país dos murallas: la
que construyó la naturaleza hace dos millones de años, cuando la hizo
una isla y la esquizofrénica muralla creada por F. Castro durante su
reinado. Las dictaduras fascio-comunistas, desarrollan unas
superestructuras policiaco-militares y de inteligencia totalmente
cerradas, compartimentadas e impunes.
Desde el mismo principio de esas dictaduras, comienzas los asesinatos,
las masácres y las venganzas despiadadas contra los opositores y contra
las figuras más importantes de los gobiernos anteriores. Y luego, contra
toda la sociedad civil.
Los dictadores comunistas saben que no pueden soltar el poder. Y no
pueden hacer cambios. Cualquier apertura que implique ciertas libertad
económica, conduce a la libertad política. Y cualquier libertad política
se instala como un reto al poder.
Por eso he dicho que, el fascio-comunismo, no es reformable, porque
cuando hacen reformas, se transforman en estados de transición, que
tarde o temprano, abrirán las puertas de la democracia. Y será el
momento de la justicia.
Fidel Castro, su hermano y la Nomenklatura ligada a los peores crímenes
políticos en Cuba, jamás harán cambios de emvergadura que los pueda
poner en peligro. Por ello fracasan los intentos exteriores de
democrátizar a una dictadura como la cubana.
Para la dirección castrista, el problema esencial ahora, es ganar tiempo
para salir de la crisis. Apuntalar como puedan la estructura
totalitaria, y mantener el poder a toda costa. Ven con buenos ojos los
intentos de Canadá y España de mantener esas posiciones y les van
engañando y alargando las posibles medidas, hasta las calendas griegas.
Aquí sueltan un preso. Allá sueltan el otro. Y crean ilusiones. Como
tienen muy buenas provisiones de presos políticos, se pueden dar el lujo
de hacer un gesto. Y calmar las presiones por un tiempo. Cuando regresan
las presiones, sueltan otros más. Es el cuento de nunca acabar.
Para mi está absolutamente claro, que no serán estos acercamientos
exteriores, los que van a derrocar a la dictadura más antigua del
planeta. El único camino es la pérdida del miedo. Cuando la sociedad
cubana pierda el miedo y salga a las calles a reclamar sus libertades y
derechos, Fidel Castro no durará una semana en el poder. Más temprano
que tarde, la dictadura castrista, esa vieja dama indigna, será vencida
por el pueblo de Cuba.
Asdrúbal Caner Camejo, Representante del PSC en Canadá.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10391
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