Saturday, June 09, 2007

LA IGLESIA EN CUBA

LA IGLESIA EN CUBA

Mons. Juan García, obispo de Camagüey y presidente de la Conferencia
Episcopal Cubana.

Intervención
del Obispo de Camagüey, Juan García, en la V Conferencia Episcopal de
América Latina y del Caribe

Palabra Cubana
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Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Junio 8, 2007

La Iglesia de Cristo en Cuba es un débil y pequeño rebaño del Señor
Jesús que a pesar de muchas dificultades ha permanecido fiel a su Señor.
Hoy este pequeño y débil rebaño crece gracias al Espíritu Santo y a las
muchas manos tendidas por la Iglesia del continente americano y por la
Iglesia universal.

La Iglesia de Cristo en Cuba representada aquí por el Cardenal Jaime
Ortega, arzobispo de La Habana, Mons. Emilio Aranguren, obispo de
Holguín, el P. René Ruiz, presbítero diocesano de La Habana, la Hermana
Gloria Pérez Pupo, religiosa de las Misioneras de la Inmaculada
Concepción, la Srta Rita Maria Petrirena, colaboradora en el
Secretariado de la Conferencia Episcopal Cubana y un servidor, Juan
García, arzobispo de Camaguey y presidente de la Conferencia Episcopal
de Cuba, está presente aquí con grandes sueños e ilusiones.

Estamos ansiosos por ver y escuchar el testimonio de tantas iglesias
fieles al seguimiento de Jesucristo hasta el martirio. Queremos
constatar la vivencia de tantos laicos en estas iglesias capaces de
hacer presente a Cristo en medio de la sociedad en que viven. Deseamos
saber de tantos matrimonios fieles que han constituido una bella y
numerosa familia. Añoramos imitar la actividad misionera de tantos y
tantas en lugares muy difíciles aun a riesgo de perder la vida.

Nuestra Iglesia necesita de la oración, el auxilio y la compañía de
Ustedes en la puesta en marcha de su Plan Global de Pastoral 2006-2010.

El primer reto de nuestro Plan Global es la espiritualidad cristiana.
Intentamos promover una espiritualidad centrada en el encuentro con
Jesucristo que ilumine la vida en todas sus dimensiones y posibilite un
estilo de vida comprometido, generador de esperanza y coherente con
nuestra identidad cristiana.

Toda la Iglesia de Cristo en Cuba quiere ser discípula de su Maestro y
aprender a orar como Él, vivir la voluntad de el Padre como Él, sufrir
como Él, establecer el Reino como Él. Esta V Conferencia será una
escuela para nosotros.

También estamos empeñados en promover, principalmente desde la juventud
y la familia, un laicado consciente de su vocación y de su misión en la
vida de la Iglesia y en el mundo, para que participe en la edificación
de la realidad eclesial y social.

Esperamos formar laicos preparados en los campos de la filosofía, la
antropología, la política, la economía, la cultura y la teología de
acuerdo a sensibilidades y vocaciones específicas.

En Aparecida encontraremos caminos para llevar a feliz término nuestros
intentos de que los discípulos ofrezcan la vida abundante de Jesucristo
a nuestras ciudades y pueblos.

Los jóvenes nos preocupan, nos hacen sufrir, nos alientan y nos animan,
a ellos los amamos. Nuestro Plan Global quiere, ofrecerles una formación
que les ayude a ser protagonistas de su propia historia, responsables,
comprometidos con Jesucristo y su evangelio y con una clara identidad
como laicos católicos. Como los jóvenes son el futuro de nuestra Iglesia
y del mundo, gran parte de nuestro tiempo estará consagrado a pensar y
encontrar nueva vida para ellos.

Nuestra pastoral se esfuerza por acompañar a las familias cubanas a
descubrir su rol como célula fundamental de la sociedad, generadora de
vida y transformadora de las realidades temporales.

La familia está herida por el divorcio, el aborto, la ausencia de amor
fiel, sacrificado, entregado, las relaciones sexuales prematrimoniales,
condiciones materiales precarias, falta de espacios propios para los
esposos. Esperamos encontrar aquí salvación y sanación para nuestros
matrimonios.

También nuestra Iglesia quiere fortalecer el espíritu misionero en
personas y comunidades para anunciar a Jesucristo y comprometerse en la
edificación de su Reino con renovado ardor, creatividad y audacia.

Una hermosa experiencia misionera y un maravilloso logro han sido las
Casas de Misión. En mucho lugares donde el templo está lejos o donde no
los hay, los católicos se encuentran en la casa de alguien que la brinda
y allí leen la Palabra de Dios, celebran la misa, dan catequesis, hacen
obras de caridad, acompañan a los enfermos, presos, afligidos, se
preparan para ser enviados a anunciar el evangelio a otros barrios o
pueblos, y forman una verdadera iglesia.

Aparecida se presenta como una gran expectativa para nuestra Iglesia
misionera que quiere serlo todavía mas.

En Cuba estudian miles de estudiantes latinoamericanos. Muchos de ellos
se dicen católicos. Nosotros pudiéramos brindar una ayuda mayor a estos
jóvenes. En la medida en que podamos los contactamos, alentamos y
apoyamos su fe. Deseamos y tratamos de esforzarnos para que sobre todo
aquellos que estudian medicina respeten la vida que late en el seno
materno y no la eliminen mediante el aborto. Para todo esto necesitamos
la presencia, el interés y el apoyo de los pastores latinoamericanos de
estos jóvenes. Las puertas están abiertas para ayudarnos y apoyarnos
mutuamente en orden a formar cristianamente a estos futuros profesionales.

La Virgen a la Caridad del Cobre, es la primera misionera de Jesucristo
en nuestra tierra desde hace casi 400 años. Ella está ya en las casas y
corazones de los cubanos. Ella, primera discípula y primera misionera
ruegue por esta Conferencia para que podamos imitarla en el seguimiento
de Cristo y en anunciarlo con obras, silencio y palabras. Su presencia y
sus ruegos nos acompañen todos los días.

http://www.lanuevacuba.com/nuevacuba/notic-07-06-770.htm

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