Monday, June 18, 2007

El síndrome de la dependencia y la esperanza

El síndrome de la dependencia y la esperanza
Héctor Ramón Forés Sánchez
15 de junio de 2007


Holguín, Cuba – bitacoracubana - Días atrás tuve la oportunidad de
saludar a un amigo, médico de profesión y muy capacitado en su trabajo,
quien me expresó muy entusiasmado que, ¡ahora sí todo iba a cambiar
porque el señor Chávez, presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, había sido reelecto y él sí nos iba a ayudar! Y me mencionó
toda una serie de cifras disparatadas. Como no quería provocar una
discusión, me limité a decirle que revisara sus cifras, pues eran
incorrectas, terminando así la conversación.

Esto hizo que me percatara de la mentalidad cubana: esperar siempre que
algún "Mesías" ocasional de algún país ayude a desarrollar el bienestar
del nuestro.

Al principio de estos ya largos 48 años fuimos testigos de una incesante
propaganda, la cual decía que avanzaríamos a pasos de gigantes, producto
de la teoría científica del marxismo-leninismo y la indestructible
amistad y hermandad con la ex Unión Soviética y el ex campo socialista.
Al parecer no fue tan indestructible y ahora hasta cambiamos de
hermanos. Ahora resultan ser Venezuela y la China.

El cubano debe interiorizar que la causa principal de nuestra pobreza es
la ejecutoría del propio régimen. ¿Qué quiero decir con esto? Que el
régimen totalitario coarta todas las libertades y no permite que el
cubano tenga ningún tipo de propiedad, y persigue y encarcela cualquier
iniciativa del ciudadano, cuando lo que necesita el país es la
transición hacia la libertad y la democracia para poder avanzar.

No soy dueño de la verdad. La verdad son los hechos y a nuestro
alrededor están, ¿Cuáles son?:

* Una agricultura destruida, que no es capaz de alimentar ni con
boniato y calabaza al país.

* Una masa ganadera vacuna, que se sitúa, según lo que conozco, en
alrededor de cuatro millones de cabeza de ganado, cuando en 1950
existían cinco y tantos millones y era la mitad de la población actual.
Y no tenemos ni leche para los niños a partir de los siete años de edad,
ni mantequilla, ni queso y ni hablar de carne, porque tenemos un código
penal que en uno de sus artículos pide la simpática cifra de hasta 21
años de prisión por lo que tipifica como hurto y sacrificio ilegal de
ganado vacuno. Las vacas sagradas en la India se quedaron cortas con las
nuestras que tienen la categoría de vírgenes.

* La industria azucarera, debido a la cual en su tiempo nuestro
país fuera reconocido como la azucarera del mundo, produjo este año una
zafra con un tonelaje menor al del año 1904 del siglo pasado.

* Las industrias cerradas o trabajando a una mínima capacidad, la
infraestructura colapsada, el transporte, las carreteras, los almacenes,
etc… en fin, un desastre, a pesar de las siempre optimistas cifras de
crecimiento que tan alegremente nos dan y que son desde hace tres años
de dos dígitos, porque con un solo dígito no nos alcanza para mostrar
nuestros impetuoso desarrollo.

La conclusión es que la solución está en nosotros y en la manera de
manejar nuestra economía y para ello se requiere un dialogo práctico en
bien de la patria. Para nosotros los cubanos no hay Mesías, eso se lo
dejamos a los israelitas que todavía lo esperan.

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4957

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