Saturday, June 09, 2007

Dónde está el león vietnamita?

SOCIEDAD
¿Dónde está el león vietnamita?

Tania Díaz Castro

LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Mientras veía en la televisión cómo
vietnamitas y cubanos firmaban importantes acuerdos económicos en el
Palacio de la Revolución, con sus luces como estrellas, sus pisos como
cristales y una exuberante y copiosa vegetación interior de la que
carecen los parques y plazas de La Habana, recordé aquel bálsamo
aromático vietnamita marca Lyon, cuya producción comenzó en marzo de
2000 en el laboratorio provincial Ramón Paz Silvestre, en la provincia
Pinar del Río.

En aquella ocasión, según la prensa nacional, con la producción de Lyon
surgía un prometedor programa de colaboración entre la empresa
farmacéutica Ho Chi Minh de Viet Nam, y la empresa MediCuba.

Las pequeñitas latas de bálsamo invadieron el mercado durante varios
meses. Luego comenzaron a desaparecer de las farmacias recaudadoras de
divisas.

Siempre he pensado que los miembros del gobierno vietnamita son tipos
serios, muy responsables con su economía y amantes de su pueblo, pero
¿qué ocurrió con el bálsamo Lyon, un medicamento que tanto gusta en el
mundo entero, llámese Bengay, Muscle Rub, Gato Blanco, Templo de Heaven,
Golden Star, Roob o Tigre salvaje, fabricados en Estados Unidos, China,
Viet Nam, Ghana?

Y dije que son serios, porque en la búsqueda del progreso, y de acuerdo
a una doctrina de reforma económica, fueron cerradas numerosas empresas
estatales por ineficaces, algo que pudo reducir, en 1990, la inflación y
la deuda del gobierno hasta niveles aceptables. Esa nueva política
económica le valió a Viet Nam para alcanzar la condición de segundo país
de Asia que mayor crecimiento económico alcanzó en 2002.

Prácticamente destruido durante largos años de guerra, y después de
haber recibido en su territorio toneladas de bombas, hoy Viet Nam ayuda
a Cuba para que logre algún día una buena producción de arroz por
hectárea mediante procedimientos novedosos. Es una vergüenza para los
cubanos.

Los dirigentes y técnicos vietnamitas que vinieron a la Isla en 2000
para iniciar la producción de Lyon se marcharon al año, al ver que el
gobierno cubano no creó las condiciones para el cultivo de las plantas
necesarias en la producción del bálsamo, mucho menos para su versión
líquida o como inhalador.

Viene a mi mente el comentario de un vecino marinero, quien quedó
maravillado ante el alto nivel de los vietnamitas gracias a la política
de reforma; un verdadero vuelco, como señaló recientemente el periódico
Granma, hacia la actividad económica.

Mi vecino marinero se hizo amigo de la dueña de una peluquería de lujo
en Hanoi, quien le enseñó la ciudad en su auto y le contó cómo gracias a
la reforma económica, cualquier vietnamita puede hoy tener su negocio
propio.

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